Por fín un poco de buena suerte
Hace apenas tres semanas robaron la moto de Javi, era ya la gota que colmaba el vaso de la "rachita de mala suerte" que parecía cernirse oscura sobre este año, pero parece que poco a poco se disuelve.
La noticia llegó el sábado y la verdad es que no hubo fiesta ni jarana, ni jolgorio ni saltos y abrazos, pero la sensación de que las nubes se apartaban para mostrar un cálido rayo de sol fué la tónica del día.
Ahora habrá que arreglar varios desperfectos y cambiar un par de piezas. Desperfectos causados por el robo y el uso que hizo el maldito ladrón de ese preciado corcel de dos ruedas.
No solo están esas secuelas, ahora hay una guardia constante desde la atalaya que es el balcón, mirar a la calle cada vez que hay un ruido...lo normal, es el típico "trauma post-robo", supongo.
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