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Esta es una de esas películas que estaba seguro de que iría a verla al cine por dos motivos básicos: es una peli de Pixar y yo personalmente confío ciegamente en los genios creadores de maravillas como Wall-E.

En este caso estamos ante una cinta bastante más seria de lo que nos tiene acostumbrado el estudio, una historia triste y más adulta. No es que Monstruos S.A. no tubiera una historia triste o que Buscando a Nemo no empezara con un trite suceso, pero en este caso tenemos una historia bastante más adulta y seria.

Es una película muy bonita, tan solo la secuencia de introducción se merece un OSCAR. Una secuencia de introducción en la que vemos como el callado niño de las enormes gafas se hace adulto, se casa, vive y trata una y otra vez de cumplir el sueño de su vida sin conseguirlo hasta que se da cuenta de que la vida ha transcurrido y se ha convertido en el entrañable anciano de enormes gafas protagonista de la cinta. Y todo esto sin decir ni una sola palabra. Se trata de una película para toda la familia, pero de verdad, porque no es una peli de niños acompañados de sus padres, no, es una peli para padres e hijos. Una cinta que le gustará tanto a niños de cinco años como a adultos de cuarenta.

Los personajes son pocos pero muy buenos. El prota, el anciano de grandes gafas es genial, te hace reir y llorar (metafóricamente) con una facilidad pasmosa. El pequeño y redondo explorador es estresante, no para, pero es realmente divertido y los bizarros compañeros de viaje con los que se topan son, cuanto menos, peculiares.

Una película hecha para todos y que rompe un poco con la linea cómica de Pixar para entrar en un tono dramático que queda perfecto y que te deja la sensación de haber visto una cinta de imágen real, una película "de verdad" (yo hace mucho que no hago esa distinción, pero hay gente que aún la hace).

Una muy seria candidata a los OSCAR y una de las mejores películas del año con diferencia.